¿Tienes o has tenido alguna vez molestias corporales que ni el médico sabe de dónde vienen?

¿Tienes o has tenido alguna vez molestias corporales que ni el médico sabe de dónde vienen?

¿Tienes o has tenido alguna vez molestias corporales que ni el médico sabe de dónde vienen?

Esto se denomina enfermedad psicosomática

Introducción

Si padeces una enfermedad psicosomática, es probable que hayas emprendido una larga peregrinación por las consultas médicas, buscando una explicación y una solución para tus síntomas, que pueden ser de varios tipos:

  • Dolores de cabeza, mareos, vértigos, desmayos, hormigueos, parálisis musculares…
  • Dolor en el estómago, náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea…
  • Sensación de ahogo, dolor u opresión en el pecho, dificultades para respirar con normalidad…
  • Palpitaciones y taquicardia.
  • Tensión y dolor muscular, cansancio, dolor en las articulaciones, la espalda y las extremidades.

Estos síntomas afectan considerablemente tu calidad de vida y tu estado de ánimo, por lo que llegar a sufrir un trastorno como la depresión a raíz de estos, es muy habitual.

Lo normal es que estos dolores y síntomas psicosomáticos se conviertan en crónicos, lo quiere decir que se prolongan más allá de un tiempo razonable.

Esto implica períodos continuos de dolor que superan los tres meses, que no responden ni mejoran con tratamientos médicos y que acaban siendo acompañados de trastornos psicológicos, pues como te comento la calidad de vida de la persona cae en picado.

A esto tenemos que añadirle que lo normal es que empieces a consultar a varios médicos y someterse a muchas pruebas, ya que es difícil llegar a un diagnóstico, por lo tanto a, sufrir dolores desde hace mucho tiempo y tener un estado de ánimo que va decayendo hay sumarle ese peregrinaje, de consultas, análisis y pruebas lo cual solo añade a la ecuación, incertidumbre por no saber exactamente qué te sucede (Pues puedes creer que te sucede algo grave).

“Esto solo consigue que la bola de nieve se haga cada vez más grande”

-La ansiedad, la angustia y el miedo-  son estados emocionales muy intensos que desencadenan numerosas respuestas a nivel corporal, desde un aumento del cortisol (El cortisol es la hormona que sale al ruedo en las situaciones de estrés) hasta procesos inflamatorios.

Si estos estados se mantienen a lo largo del tiempo y no logras gestionarlos adecuadamente, su efecto acumulativo terminará reflejándose a través de síntomas físicos, los cuales ya conocemos pues los he mencionado más arriba y te voy a seguir explicando más abajo.

Curiosidades

Hasta principios del siglo XIX, la mayoría de los profesionales creían que las emociones estaban unidas a las enfermedades.

Al descubrir con los avances de la ciencia nuevas causas, como las bacterias y toxinas, las emociones se quedaron relegadas a un segundo plano, tanto que según mi opinión, se han dejado de lado.

Esto ha hecho mucho daño a la psicología, ya que se han dejado de lado las emociones y tanto la medicina, como la ciencia en general se han centrado en la parte cognitiva y conductual de las enfermedades lo cual, ha provocado la entrada de las pseudociencias para auxiliar a los pacientes que sufren problemas emocionales.

Recientemente, nuevas investigaciones han descubierto la estrecha relación que existe entre el estrés y la salud, señalando el impacto que las situaciones sociales, las emociones y los pensamientos tienen sobre las enfermedades.

Hoy sabemos que, hasta cierto punto, la mayoría de las enfermedades tienen un componente psicosomático.

“Toda enfermedad física está acompañada de un factor psicológico”

Esta afirmación se debe a la forma en que reaccionamos ante el diagnóstico de una enfermedad y la manera en que lidiamos con los síntomas de esta, que varía enormemente de una persona a otra, pudiendo estos síntomas agravarse o aliviarse, dependiendo de nuestra forma de afrontar la enfermedad.

¿Cómo se origina la enfermedad psicosomática?

Para comprender el origen de las enfermedades psicosomáticas es necesario entender el mecanismo de somatización que se encuentra en su base.

La somatización es la tendencia a expresar los problemas emocionales a través de síntomas físicos, lo cual no es extraño, ya que el cerebro y el cuerpo mantienen una comunicación constante.

Cada segundo el cerebro envía innumerables señales e instrucciones al cuerpo, mientras el cuerpo devuelve la misma cantidad de señales.

Donde mejor se puede apreciar este mecanismo es en los trastornos de conversión, en los cuales el dolor y la angustia por un trauma emocional provocan parálisis, ceguera o incapacidad para hablar.

No obstante, la somatización también se puede expresar a través de síntomas menos llamativos, como mencioné al principio, como náuseas, dolor de cabeza, tensión muscular, dolor de espalda o palpitaciones.

Todos, de una u otra forma, somatizamos nuestras experiencias emocionales.

Por ejemplo, cuando nos ocurre algo desagradable decimos que tenemos “un nudo en el estómago” y cuando hemos tenido un día estresante decimos que estamos “tensos”. Sin embargo, existen personas que son más vulnerables a que esa somatización se convierta en una enfermedad psicosomática, aquí pongo algunos ejemplos:

  • Indecisión. Si tienes dificultades para tomar decisiones y las aplazas continuamente, tendrás una mayor propensión a padecer un trastorno psicosomático.
  • Ansiedad. Si tienes tendencia a la ansiedad también tendrás más probabilidades de desarrollar una enfermedad psicosomática. Se ha apreciado que mientras más miedo y ansiedad experimente una persona, mayor será el dolor físico. (La explicación podría radicar en el giro cingulado anterior, un área vinculada con las emociones que también se conecta con las áreas somatosensoriales de la corteza cerebral, una zona relacionada con la somatización que se activa en situaciones de ansiedad y miedo.)
  • Conflictos no resueltos. Los conflictos suelen ser una gran fuente de estrés, por lo que mientras más se alarguen en el tiempo, más daño te causarán. Mantener los conflictos latentes, sin buscar estrategias para afrontarlos, le pasará factura a tu salud emocional.
  • Culpa. Si te sientes culpable por algo que ocurrió en el pasado, es probable que intentes compensar ese error castigándote. En tu subconsciente, esa enfermedad se convierte en el “castigo que mereces”.
  • Traumas. Si has tenido un pasado traumático o has sido víctima de eventos dolorosos como el abuso sexual, es probable que tengas la tendencia a somatizar tus vivencias emocionales.
  • Aferrarse a las emociones negativas. Las emociones no son “negativas” en sí mismas ya que nos ayudan a responder mejor ante las diferentes situaciones, pero si nos mantenemos demasiado tiempo enfadados, resentidos o tristes, pueden llegar a ser dañinas y se reflejarán a través de síntomas psicosomáticos.
  • Tendencia a la represión emocional. Si sueles reprimir tus emociones, tendrás una mayor propensión a desarrollar un trastorno psicosomático, ya que el hecho de esconder lo que sientes no hará que desaparezca, al contrario, esas emociones se expresarán a través de síntomas psicosomáticos.
  • Hipocondría. La preocupación constante y obsesiva por la salud, con tendencia a exagerar el sufrimiento a la larga puede dar lugar a síntomas reales.

Todos estos ejemplos deben ser tratados por un especialista, más si cabe cuando afectan a la calidad de vida tanto del adulto como del menor.

Tipos de trastornos psicosomáticos que trabajo con mi técnica C-I (Consciente e Inconsciente)

  • La fatiga crónica. Síndrome caracterizado por dolor en los músculos y las articulaciones que generalmente se acompaña con cansancio o fatiga crónica que no desaparece ni siquiera después de haber descansado lo suficiente.
  • Colon Irritable. Dolor o distensión abdominal acompañado de cambios en el tránsito intestinal que afectan la calidad de vida de quien lo padece.
  • Cefaleas. Dolores de cabeza frecuentes que tienen un origen tensional.
  • Dolor crónico. Dolor o sensación de malestar que se extiende durante más de 6 meses. En algunos casos puede ser debido a una enfermedad, pero en otros no se conoce la causa específica.
  • Trastornos dermatológicos. Como la psoriasis, el eccema, la dermatitis seborreica y la neurodermatitis, que normalmente tienen un gran componente psicológico, ya que la piel es uno de los órganos más afectados por el estrés.
  • Insomnio. El insomnio se relaciona con la dificultad para relajar el cerebro cuando llega la noche y desconectar de las preocupaciones.
  • Cáncer. Trato los síntomas secundarios en su tratamiento.

¿y los niños, también padecen de trastornos psicosomáticos?

Si, los niños padecen igual que los adultos este trastorno e incluso más.

Los síntomas de psicosomática se dan en el ser humano a cualquier edad porque la mente y el cuerpo no son entidades separadas.

Muchos aspectos psicológicos se expresan a través del cuerpo en forma de molestias o dolor, sin que el cuerpo esté dañado.

Suele querer decir que hay algo que a la persona le preocupa aunque esta no sea siquiera consciente de esta preocupación.

Por ejemplo, tener diarrea, o hacer pipi ante un examen, es algo muy frecuente en adolescentes según mi experiencia.

¿Por qué son tan frecuentes los síntomas psicosomáticos en la infancia?

Porque los niños tienen más dificultad para expresar sus emociones, sobre todo al tener menos vocabulario.

Los niños sensibles, tímidos, introvertidos, inteligentes y/o perfeccionistas son más propensos a psicosomatizar y  Suelen aparecer más en familias donde hay familiares con dolores, por estar más educados en estar más encima de su cuerpo y a rastrearlo para ver si tienen algún dolor.

Los dolores más frecuentes son el dolor de abdomen y de cabeza.

Esto es lo primero que preguntamos cuando nos traen a un niño a la consulta, derivado de pediatría.

También son frecuentes los mareos, los trastornos del sueño y la dificultad respiratoria por ansiedad.

Estos síntomas suelen preocupar y molestar al menor y hay que prestarles la atención que se merecen.

Si el menor se queja y el pediatra descarta que no existe ninguna enfermedad orgánica lo deben llevar al psicólogo clínico, para que este pueda elaborar una historia clínica y determinar si existe algún tipo de estrés que le pueda estar afectando.

Las causas son variadas y tan simples como el nacimiento de un hermano, un cambio de colegio o de vivienda, la separación de sus padres, la muerte de un familiar allegado, etc…

Tratamiento de las enfermedades psicosomáticas

Dado que los trastornos psicosomáticos incluyen síntomas físicos que enmascaran la angustia emocional, es necesario encontrar su causa y reprogramar el cerebro para que este aprenda a afrontar las situaciones sin somatizarlas.

Para reprogramar el cerebro lo ideal es trabajar con la Hipnosis clínica.

A través de la hipnosis, accedemos a tu subconsciente, a los recuerdos, sensaciones y pensamientos que han originado el trastorno.

Eliminamos esas creencias desadaptativas y colocamos en su lugar creencias más positivas, que irremediablemente ayudan a recuperar la salud.

La hipnosis es una herramienta muy poderosa que activa nuestros mecanismos naturales de autosanación y que se ha demostrado eficaz mediante numerosos estudios clínicos en el tratamiento de los trastornos psicosomáticos y el dolor crónico.

Conoce los Beneficios con el tratamiento I-C (Consciente e Inconsciente )

  • Activo tus recursos de autosanación.
  • Elimino las sensaciones y emociones negativas que podrían estar exacerbando tus síntomas.
  • Procesas hechos dolorosos de tu pasado sin que causen sufrimiento.
  • Alivio eficazmente los síntomas que te molestan.
  • Aprendes técnicas de autocontrol y manejo del estrés que podrás aplicar en diferentes situaciones de la vida cotidiana.

¿Cómo o por qué consigo todo esto?

Soy Nuria, Psicóloga Clínica y Forense, y quiero mostrarte que escribo este artículo desde mi experiencia profunda habiendo tratado ya a más de 50.000 pacientes y que cuento con una amplia formación la cual te quiero exponer aquí. Entre otras formaciones tengo:

– Máster en Sexología Humana y Terapia de Pareja.

– Cursos sobre Drogodependencias.

– Programa de doctorado en Clínica en U.B.

– Máster en Programación Neurolingüística.

– Máster de 2 años en Coaching personal y para Coaching empresas.

– Postgrado en Hipnosis clínica en la Universidad de Barcelona.

– Postgrado en Hipnosis Médica en París en la Universidad de Medicina de la Sorbonne.

– Prácticas en el Hospital de la Salpêtrière de París.

– Investigación en una diadema con ingenieros de Alemania para recoger ondas cerebrales

– Especialidad de Forense trabajando para la Ciudad de la Justicia de Barcelona y LLeida en diferentes casos.

– Actualmente en Barcelona en despachos privados y centro médico con mi propia cartera de pacientes de toda España y algunos de Alemania, Bélgica, Francia, Italia.

Te cuento esto para poner en valor toda mi formación y que sepas que no estás leyendo a alguien sin experiencia. Por eso te puedo seguir contando.

Año tras año, he comprobado tanto en mi, como en mis pacientes que las experiencias emocionales traumáticas pueden afectar de forma muy profunda a las personas y que estos traumas, se encuentran almacenados en el fondo de nuestra psique, en el inconsciente.

**Si en este momento y después de haber leído este artículo tienes algún síntoma de los que he expuesto anteriormente y crees que ya lo has probado todo para solucionar esa ansiedad, esos pensamientos recurrentes, esos dolores que no sabes por qué los tienes y tu médico no encuentra solución, puedes hacer click aquí y dejarme tus datos en un formulario o llamar directamente a la clínica y obtener toda la información que necesites.

Sin más intención que mejorar tu calidad de vida y el de todas las personas que necesiten mi ayuda, aquí te dejo este artículo de blog siempre sacado de mi experiencia y también un fuerte abrazo.

Nuria Marco Psicóloga Clínica y Forense.

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