La ansiedad en niños es un fenómeno cada vez más reconocido y estudiado en la psicología clínica. Aunque se asocia con frecuencia a factores externos como situaciones de estrés familiar o cambios bruscos en el entorno, un momento particularmente sensible es el regreso al colegio tras un largo periodo de vacaciones. Este evento, que en la mayoría de los casos marca la transición entre ciclos escolares o la adaptación a nuevos grupos de compañeros y profesores, puede desencadenar una serie de emociones intensas en los niños, algunas de las cuales pueden materializarse en forma de ansiedad.
La ansiedad en los niños es una respuesta emocional ante situaciones que éstos perciben como amenazantes o desafiantes. Esta emoción, que en pequeñas dosis puede ser adaptativa, se convierte en un problema cuando sobrepasa la capacidad del niño para manejarla y comienza a interferir en su bienestar y funcionamiento diario.
En el contexto del retorno al colegio, la ansiedad puede manifestarse de diversas maneras; desde síntomas físicos como dolores de cabeza o estómago hasta comportamientos regresivos como llanto, resistencia a ir a la escuela o trastornos del sueño. Los padres, en muchos casos, pueden no reconocer estos signos de ansiedad, atribuyéndolos simplemente al "nerviosismo" natural del cambio de rutina. Sin embargo, es esencial prestar atención a estas señales y abordar el problema de raíz antes de que se cronifique y afecte a otras áreas de la vida del niño.
Factores que pueden contribuir al desarrollo de ansiedad en niños durante este periodo:
1. La separación de los padres y el entorno familiar:
Durante las vacaciones, los niños pasan la mayor parte del tiempo en un entorno seguro y familiar, rodeados de sus padres y seres queridos. La vuelta al colegio implica una separación abrupta de este refugio, lo que puede generar inseguridad y miedo, sobre todo en niños más pequeños o aquellos que ya muestran un apego ansioso.
2. Cambios en el ciclo escolar:
El cambio de ciclo escolar, como pasar de infantil a primaria o de primaria a secundaria, puede ser una fuente significativa de ansiedad. Cada ciclo trae consigo nuevas exigencias académicas y sociales que los niños deben afrontar. La percepción de no estar lo suficientemente preparado o el miedo al fracaso académico puede generar una presión considerable, contribuyendo a un aumento en los niveles de ansiedad.
3. Cambios en la rutina diaria:
Durante las vacaciones, los niños suelen disfrutar de una mayor flexibilidad en sus horarios, lo que les permite dedicar más tiempo a actividades recreativas y disfrutar de una sensación de libertad. El regreso a la estructura estricta del colegio, con horarios fijos y expectativas académicas, puede resultar un ajuste difícil, generando frustración y nerviosismo.
4. Inseguridades y cambios en la personalidad:
A medida que los niños crecen, es natural que experimenten cambios en su personalidad. Sin embargo, estas transiciones pueden ir acompañadas de inseguridades, como el miedo al juicio de los demás o la sensación de no encajar en su entorno. Los niños que son más sensibles o que tienen una baja autoestima son particularmente propensos a desarrollar ansiedad cuando se enfrentan a situaciones de cambio social o académico.
5. Establecer una buena comunicación con la escuela:
Es fundamental que los padres se mantengan en contacto con los profesores y el personal escolar para monitorear cómo se está adaptando el niño. En casos donde la ansiedad sea significativa, trabajar en conjunto con el colegio para crear un entorno seguro y comprensivo puede ser esencial.
Es fundamental preparar a los niños de forma progresiva para el regreso al colegio. Hablar con ellos sobre lo que pueden esperar, visitar la escuela antes de que comiencen las clases, e incluso hacer simulaciones de cómo será el primer día, puede ayudar a reducir la incertidumbre y ofrecerles una sensación de control sobre la situación. Los niños deben saber que es normal sentir nerviosismo o miedo al enfrentar algo nuevo. Validar sus sentimientos y explicar que la ansiedad es una emoción que todos experimentamos en algún momento, puede reducir el impacto emocional que esta provoca. Enseñarles técnicas de respiración o relajación puede ser una herramienta útil para que aprendan a calmarse en momentos de mayor tensión.
Abordar la ansiedad en los niños desde un enfoque consciente y basado en la reeducación del subconsciente es clave para eliminar el problema desde su raíz. Las herramientas que empleamos en Nuria Marco, sobre todo las orientadas a la reestructuración cognitiva y la gestión emocional, pueden ofrecer soluciones efectivas para que el niño aprenda a enfrentar sus miedos de una manera sana y constructiva.
Una de las herramientas más poderosas para tratar la ansiedad en niños de forma definitiva es la reprogramación del subconsciente a través de técnicas específicas, como nuestro método INSEED, con el que accedemos al origen subconsciente de los patrones ansiosos del niño para modificar las creencias limitantes que perpetúan la ansiedad. Estas técnicas permiten abordar las raíces del problema, eliminando el miedo y la inseguridad desde el núcleo y consiga que los niños puedan volver a sentir la máxima plenitud y seguridad en su día a día.